jueves, 7 de agosto de 2014

HOY ES SIEMPRE TODAVÍA

Por Laura Michelin Salomon Geymonat
Miralo a Machado; trascendental.
Desde hace un par de días tengo esas palabras en mi cabeza.
Y hoy me dispongo a leer, a detenerme en frases, a comentar noticias, a beber alcohol, a mirar películas, a vivir mi vida.
Es un comienzo interesante.
Quiero dejar huellas, donde sea y a quien sea. ¿Cómo? Por algo se empieza.
Tengo en mis manos muchos anhelos, muchos deseos y quiero cumplirlos.
Pero no, prefiero dejarme llevar por este viaje, dejar que las distintas brisas me trasladen de un lugar a otro -como ya lo han hecho conmigo- encontrarme con viejos y nuevos amigos, reír y llorar sin prisa. De eso se trata este juego. Y así uno vive jugando día y noche, jugando en un mundo de ilusiones (tal vez), pensando excusas para escapar de esta rueda.
Vamos, animémonos a dejar la vorágine, detengámonos un segundo. Pensemos, hoy y siempre, un mundo donde existan sólo los besos, las caricias y la ternura de la niñez. Y si no, es hora de inventarlo.

                              

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